Porque esta lampara es barata e ilumina perfecto en múltiples ocasiones de emergencia, se puede ocupar con distintas funciones, ya sean decorativas, para alumbrar o para tenerla guardada y usarla en los casos extremos en un país con gran tasa de terremotos y catastrofes
Lampara
Buenos días amigos, ¿les ha pasado que cuando se les corta la luz no tienen con que iluminarse?, ¿tienen linternas en sus casas pero no saben donde están? Esta magnifica lampara funciona a baterías y también como un buen adorno en sus habitaciones, si están interesados solo baje por este blog.
jueves, 17 de octubre de 2013
Descripción del objeto
¿Porque elegir esta lampara?, ¿Que tiene de especial?
Lo bueno de esta lampara es que es compacta, de larga duración su batería de buena iluminación es un buen adorno en la casa y en caso de emergencia (como un terremoto por ejemplo) se puede agarrar y correr gracias a su pequeño tamaño pero grande para no perderse en un bolso, mochila, etc.
Lo especial de esta lampara es su llamativo color, su bateria de 9 volteos y su adorable forma personalizable según su pedido
Lo especial de esta lampara es su llamativo color, su bateria de 9 volteos y su adorable forma personalizable según su pedido
Características y propiedades de la lampara
Características
*Es compacta
*Es barata
*Es buena decoradora
*Se puede decorar según sus gustos
*Es portátil
Propiedades
*Es una buena fuente de luz
*Esta hecha con materiales reciclados de uso común
*Es resistente
*Es compacta
*Es barata
*Es buena decoradora
*Se puede decorar según sus gustos
*Es portátil
Propiedades
*Es una buena fuente de luz
*Esta hecha con materiales reciclados de uso común
*Es resistente
Historia de la lampara
Las primeras formas de lámpara eran palos ardientes o recipientes llenos de brasas.. Luego se utilizaron para alumbrar antorchas de larga duración, formadas por haces de ramas o astillas de madera resinosa, atados y empapados en sebo o aceite para mejorar sus cualidades de combustión.
La primera lámpara auténtica, pero ya se empleaba de forma generalizada en Grecia en el siglo IV a.C. Las primeras lámparas de este tipo eran recipientes abiertos fabricados con piedra, arcilla, hueso o concha, en los que se quemaba sebo o aceite.
Más tarde pasaron a ser depósitos de sebo o aceite parcialmente cerrados, con un pequeño agujero en el que se colocaba una mecha de lino o algodón. El combustible ascendía por la mecha por acción capilar y ardía en el extremo de la misma.
En el siglo XVIII se produjo un gran avance en las lámparas cuando las mechas redondas fueron sustituidas por mechas planas, que proporcionaban una llama mayor. El químico suizo Aimé Argand inventó una lámpara que empleaba una mecha tubular encerrada entre dos cilindros metálicos, alimentada a petroleo. El cilindro interior se extendía hasta más abajo del depósito de combustible y proporcionaba un tiro interno. Argand también descubrió el principio del quinqué, en el que un tubo de vidrio mejora el tiro de la lámpara y hace que arda con más brillo y no produzca humo, además de proteger la llama del viento. El tiro cilíndrico interior se adaptó después para utilizarlo en lámparas de gas inventadas por Lebon..
Una lámpara de petroleo que, a causa de la baratura de éste, hizo bajar el precio del alumbrado por gas, que por aquel entonces comenzaba a sufrir la competencia de la luz electrica. En 1878 Edizon perfeccionaria un sistema que venia de 1813, la luz electrica, inventando la lamparita o bombilla incandecente, que llevó la luz, cómoda, limpia y barata, hasta los hogares más modestos.
A finales del siglo XIX, ambas formas de iluminación dieron paso a las lámparas eléctricas incandescentes y fluorescentes. En algunas zonas rurales siguen empleándose de forma limitada lámparas de queroseno o lámparas de gas incandescente.
La primera lámpara auténtica, pero ya se empleaba de forma generalizada en Grecia en el siglo IV a.C. Las primeras lámparas de este tipo eran recipientes abiertos fabricados con piedra, arcilla, hueso o concha, en los que se quemaba sebo o aceite.
Más tarde pasaron a ser depósitos de sebo o aceite parcialmente cerrados, con un pequeño agujero en el que se colocaba una mecha de lino o algodón. El combustible ascendía por la mecha por acción capilar y ardía en el extremo de la misma.
En el siglo XVIII se produjo un gran avance en las lámparas cuando las mechas redondas fueron sustituidas por mechas planas, que proporcionaban una llama mayor. El químico suizo Aimé Argand inventó una lámpara que empleaba una mecha tubular encerrada entre dos cilindros metálicos, alimentada a petroleo. El cilindro interior se extendía hasta más abajo del depósito de combustible y proporcionaba un tiro interno. Argand también descubrió el principio del quinqué, en el que un tubo de vidrio mejora el tiro de la lámpara y hace que arda con más brillo y no produzca humo, además de proteger la llama del viento. El tiro cilíndrico interior se adaptó después para utilizarlo en lámparas de gas inventadas por Lebon..
Una lámpara de petroleo que, a causa de la baratura de éste, hizo bajar el precio del alumbrado por gas, que por aquel entonces comenzaba a sufrir la competencia de la luz electrica. En 1878 Edizon perfeccionaria un sistema que venia de 1813, la luz electrica, inventando la lamparita o bombilla incandecente, que llevó la luz, cómoda, limpia y barata, hasta los hogares más modestos.
A finales del siglo XIX, ambas formas de iluminación dieron paso a las lámparas eléctricas incandescentes y fluorescentes. En algunas zonas rurales siguen empleándose de forma limitada lámparas de queroseno o lámparas de gas incandescente.
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